sábado, 10 de diciembre de 2011

Cronenberg: Un método peligroso

Director: David Cronenberg.
Guionista: Christopher Hampton.
Fotografía. Peter Suschitzky.
Música: Howard Shore.
Intérpretes: André Hennicke, Keira Knightley, Mareike Carrière, Michael Fassbender, Mignon Remé, Sarah Gadon, Viggo Mortensen y Vincent Cassel.
Fecha de estreno: 25 / 11 / 2011.


Como podría esperarse, Cronenberg —con un excelente director de fotografía, ya habitual en sus últimas películas—, hace un retrato en el que los psicoanalistas son seres dominados por la perversión y el hedonismo.

Freud [encarnado por Mortensen], con un puro constantemente en su boca, se muestra como un narcisista megalómano obsesionado por el sexo [se evidencia que ni el director ni el guionista han leído sus obras con un mínimo de seriedad y se limitan a divulgar la idea más estereotipada de sus hallazgos]. La bellísima Knightley [la judeorusa Spielrein], hace gala de un histrionismo excesivo, valga la redundancia, por lo demás da gusto verla en su papel ¿no nos han educado a todas las mujeres para ser masoquistas?¿no es ese el eterno sueño masculino? Viggo Mortensen nos trae un Otto Gross [también de origen judío] degenerado, cocainómano, vividor y mujeriego impenitente. Y Carl Jung [Michael Fassbender] un sádico ario casado con una delicadísima millonaria [Sarah Gadon] que le mima mientras él da rienda suelta a sus previamente desconocidos impulsos inconscientes con su amante-paciente a la que logra curar [no se sabe si a base de análisis, de amor o de azotes] y a la que ayuda a convertirse en analista para afirmar 'La destrucción como causa del devenir'.

Al final del film, se nos da a leer cómo el dios judeocristiano castiga tales desmanes: Sigmund Freud muere en Londres de cáncer; Sabina Spielrein [primera mujer analista admitida en el círculo de la Wiener Psychoanalytische Vereinigung] es asesinada con su hija y otros judíos, en Rostov, por un Comando de las SS.; Otto Gross [ilustrado libertino admirador de Kafka, Nietzsche y Kropotkin, precursor de la antipsiquiatría y los movimientos contraculturales] muere en la pobreza [sólo faltaría que fuese el otro Otto, Rank, que muere en Nueva York el Día de la Expiación judía, "Komisch"]. Solamente Jung, el ario luterano viajero [de países y filosofías, es el único que intenta hacer confluir lo oculto y lo simbólico en sus teorías] , alcanza una muerte pacífica... ¿tal vez porque reconoce en voz alta su pecado? [le faltó contar, sin embargo, que en el instante en que falleció, un rayo partió el árbol en que solía descansar: hecho verídico].

Lo mejor, las interpretaciones, la recurrencia a los escenarios de origen [la casa de Freud, en Berggasse 19, el Café Central, el galvanómetro...] y, sobre todo, las titulaciones finales en las que el papel de la correspondencia, sacado de su contexto a partir de los encuadres parciales y con una macro espectacular, las convierte en una auténtica obra de arte: enorme fotógrafo, Suschitzky; sólo por eso merecería un Óscar.

En resumen, aunque bien documentada en muchos aspectos [desde el interés de Jung por la parapsicología hasta la veracidad de letra de Freud], no deja de ser una caricatura, eso sí, muy bien filmada, con buen ritmo narrativo y con garantizado éxito entre los profanos y banalizadores del psicoanálisis. Ahora bien, si Freud pudiera ver la película y examinar el trabajo tanto del director como del guionista, reforzaría de nuevo su ya antigua afirmación: 'todo neurótico desea ser un perverso'. Y añado otra en defensa de Sigmundo [no conozco en profundidad los otros retratados], su honestidad ética y deontológica —algo que ya no es fácil encontrar—, el respeto a una profesionalidad tal vez increíble porque no abunda en nuestros días y el valor de unas tesis que sostuvo pese a ser rechazadas por la mentalidad médica ortodoxa del momento y que han supuesto, entre otras muchas cosas, la desmitificación de la sexualidad [antes un tabú del que ni siquiera se podía hablar], la toma de conciencia sobre la idea de salud mental como un constructo [todos manifestamos algo de locura y 'lo mejor que nos puede pasar es ser sólo neuróticos'] y del inconsciente como eso que nos mueve al error y a la risa, evidenciando que no somos totalmente dueños de nosotros mismos y que lo que sí somos es, sobre todo, sujetos de deseo: 'la realidad supera la ficción' o quizá 'truth is stranger than fiction'.

lisi prada. 10 de Noviembre de 2012
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miércoles, 5 de octubre de 2011

'Desayuno con diamantes' cumple 50 años

Producida por Paramount Pictures, se estrenó el 5 de octubre de 1961. Director: Blake Edwards. Música: Henry Mancini. Adaptación guión: George Axelrod. Fotografía: Franz Planer. Reparto: Audrey Hepburn, George Peppard, Patricia Neal, Buddy Ebsen, Martin Balsam, Mickey Rooney, José Luis de Vilallonga, John McGiver

Vídeo: Moon river  From: mule17ct
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The original text in English

I am always drawn back to places where I have lived, the houses and their neighbourhoods. For instance, there is a brownstone in the East Seventies where, during the early years of the war, I had my first New York apartment. It was one room crowded with attic furniture, a sofa and fat chairs upholstered in that itchy, particular red velvet that one associates with hot days on a train. The walls were stucco, and a colour rather like tobacco-spit. Everywhere, in the bathroom too, there were prints of Roman ruins freckled brown with age. The single window looked out on a fire escape. Even so, my spirits heightened whenever I felt in my pocket the key to this apartment; with all its gloom, it still was a place of my own, the first, and my books were there, and jars of pencils to sharpen, everything I needed, so I felt, to become the writer I wanted to be.

Breakfast at Tiffany's [1958] by Truman Capote

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Translation into Spanish

Siempre me siento atraído por los lugares en donde he vivido, por las casas y los barrios. Por ejemplo, hay un edificio de roja piedra arenisca en la zona de la Setenta Este donde, durante los primeros años de la guerra, tuve mi primer apartamento neoyorquino. Era una sola habitación atestada de muebles de trastero, un sofá y unas obesas butacas tapizadas de ese especial y rasposo terciopelo rojo que solemos asociar a los trenes en día caluroso. Tenía las paredes estucadas, de un color tirando a esputo de tabaco mascado. Por todas partes, incluso en el baño, había grabados de ruinas romanas que el tiempo había salpicado de pardas manchas. La única ventana daba a la escalera de incendios. A pesar de estos inconvenientes, me embargaba una tremenda alegría cada vez que notaba en el bolsillo la llave de este apartamento; por muy sombrío que fuese, era, de todos modos, mi casa, mía y de nadie más, y la primera, y tenía allí mis libros, y botes llenos de lápices por afilar, todo cuanto necesitaba, o eso me parecía, para convertirme en el escritor que quería ser.

Desayuno en Tiffany's [1958] de Truman Capote
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martes, 28 de junio de 2011

La mariposa de la coma gris

photograph by Devin Floyd

Polygonia progne [Cramer, 1775]

Family: Nymphalidae
Subfamily: Nymphalinae

Identification: Upperside is bright orange-brown; summer form has hindwing with a wide dark border, winter form has the border covering only about 1/4 of the wing; both enclosing a few small yellow spots. Underside is charcoal gray with fine dark striations; forewing with 3-4 light chevrons in a dark border. Silver mark in center of hindwing is small, slender, and L-shaped.

Life History: In midafternoon, males perch on trees or shrubs at the edges of clearings to wait for females.

Wing Span: 1 5/8 - 2 /12 inches (4.4 - 6.3 cm).

Habitat: Along dirt roads, along streamsides, and within clearings in rich deciduous or confierous woods, in aspen parks, yards, and gardens. Often in hilly terrain or canyons.

Note: The Gray Comma includes Polygonia oreas and its subspecies silenus and nigrozephyrus. These were previously treated as a separate species.


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Nos conocimos al lado del perfumado pittosporum, ya hace un par de semanas. Nos caímos bien y, poco a poco, hemos ido intimando. Le gusta jugar al escondite; con las alas cerradas es capaz de mimetizarse con la corteza de las acacias y he de rastrear su presencia buscando esa plateada marca en forma de coma, de C o de L que la caracteriza. Es absolutamente veloz e inquieta pero, últimamente, le gusta posarse levemente en mi espalda, en mi hombro, en mi brazo, en mi pecho, en mi pelo... Ayer tenía sed y se entretuvo un largo rato bebiendo las feromonas de mi dedo corazón. Hoy mis manos temblaban cuando, por primera vez, aceptó que la filmase.



Amistar


filmación: lisi. 28-06-11. Cámara Schneider tel. móvil.

jueves, 14 de abril de 2011

Nymphae fons [IV]

fotograma: lisi. DMC-TZ10 LUMIX de Panasonic.14-04-2011. Photoshop



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14 de abril de 2011
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miércoles, 13 de abril de 2011

Nymphae fons [III]


Te dejo las imágenes para que reconstruyas tú la historia...
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fotogramas: lisi. DMC-TZ10 LUMIX de Panasonic. 13-04-2011
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martes, 12 de abril de 2011

Nymphae fons [II]

Pues sí. Allí estaba, a la hora convenida y aunque nuestro encuentro fue más breve que el anterior, no pudo ser más gozoso.

fotogramas: lisi. DMC-TZ10 LUMIX de Panasonic.12-04-2011 _




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Nada más entrar en su recinto, en un veloz vuelo de aproximación, aterrizó en mi mejilla izquierda y batió sobre ella ambas alas a la vez, en un visto y no visto, desapareciendo de nuevo en el aire luminoso tan rápido como había venido. Pensé que quizás conocía nuestras costumbres humanas pues, de ese modo, parecía saludarme con un beso. Sólo había otra más de su especie y después de darse un revoloteo juguetón con ella y libar las flores blancas que parecen ser sus favoritas, se acercó a reposarse en la fuente y, a continuación, se acercó a mí sin necesidad de más protocolo. Nuestra mutua confianza era evidente.

Hoy llevé mi pequeña cámara de fotos con la intención de filmar algún momento de nuestro encuentro y creo que le gustó o, al menos, despertó su curiosidad porque se subió encima del artefacto un par de veces. También volvió a entretenerse en mi hombro izquierdo, en cambio, esta vez no quiso subirse a mis dedos, tal vez prefería la mano derecha que le ofrecí ayer pero hoy la necesitaba para manejar la cámara. Pronto se agotó la batería y no pude registrar cómo jugaba con mi pelo ni -apenas [una mínima muestra sí puedes ver en los fotogramas que adjunto]- algo extraordinario y nuevo para mí que sucedió en esta ocasión. Después de aquel toque inicial del saludo, este amado y liviano ser me llenó la cara de besos: la frente, las mejillas y también los ojos, que cerré con emoción contenida. Nunca había experimentado nada igual, verla acercarse tanto a mi rostro, notar en mi piel el roce insistente del batir de sus alas y escuchar repetidamente el rumor sostenido del breve viento que producía su incesante aleteo una y otra vez, una y otra vez. Algo asombroso y, hasta entonces, desconocido para mí.

En fin, lo demás no puedo contarlo [es demasiado íntimo para un diario éxtimo... ], sólo que volvió a despedirse desde el mismo lugar, las hojas del florido laurel y que yo regresé volando aún con sus alas puestas.
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lunes, 11 de abril de 2011

Nymphae fons



A la hora del cigarrillo, hoy me acerqué a la otra fuente, a la fuente seca, ubicada simétricamente en el lado opuesto a la fuente del haiku que ya conoces. Me atrajo, quizá, el viento invisible de su aleteo silencioso o puede que mis pasos simplemente siguieran el rastro hipnótico de una sutil lluvia de sémoras que, desafiando la fuerza de gravedad, atrajeron mi atención. Sea como fuere, ellas estaban allí, alguna con las alas cerradas, sólo visible al descifrar la cripsis en los troncos rugosos, otras testando el sabor de distintas flores, revoloteando juntas para trazar elevadas espirales aéreas y deleitándose con los últimos rayos de sol. Una de ellas regresaba una y otra vez a la vieja fuente seca, como una náyade absorta en rememorar el rumor de aquellos tiempos de esplendor de Isabel II en que, sin duda, emergería de ambas fuentes el agua cristalina que siempre atrajo a las ninfas de aguas dulces.

Con las primeras caladas y el móvil en la mano, capturé varias imágenes, acercándome cada vez un poco más [ya sabes que mantengo una histórica relación de simpathía con las Vanessa Atalanta, de la familia de las Nymphalidae] y –como no disponía de mucho tiempo-, en lugar de invitarla a subirse como otras veces, me conformé con acercar la sombra de mi mano a su colorida belleza: un poco más cerca, un poco más aún… Temía que la proximidad del humo del cigarrillo la alejase pero eso no parecía importarle, ensayaba uno y otro breve planeo a mi alrededor y volvía al mismo lugar. Ay, dioses! en uno de esos tránsitos, me rozó con suave decisión el hombro izquierdo como hace cualquier amigo cuando quiere darte un toque de atención, de modo que no pude ignorar su gesto: ineludiblemente era necesario hablar o, tal vez, sólo teníamos que estar o teníamos que ser, qué sé yo, pero no podía irme así, por las buenas.

Guardé el teléfono en el bolso y me quedé inmóvil, temblando levemente y respirando al mínimo en la expectación. Entonces, vino hacia mí, se posó sobre mi cabello y allí se mantuvo durante un espacio de tiempo incalculable [tal vez un par de minutos, es difícil saberlo cuando uno se encuentra en una situación fuera del tiempo] y parecía acariciarme, al abrir y cerrar de modo acompasado sus alas. Tengo que confesar, con algo de vergüenza, que dos o tres lágrimas se desprendieron involuntariamente de mis ojos y rodaron una a una por mi rostro hasta precipitarse en el sediento fondo de la fuente seca, evocándome, en reverso, el haiku experimentado en la otra fuente. Desde ese escaso e inaudible estrépito se elevó de nuevo y, esta vez, a su regreso vino a posarse sobre mi hombro, en el mismo lugar del aviso inicial de nuestra conversación. —Si no te molesta, me gustaría tomar una foto juntas, aunque sea de nuestras platónicas sombras—, le dije, sin necesidad de despegar los labios, mientras extraía de nuevo el aparato. Ella asintió, tal como esperaba: ahí la puedes ver.

Luego, volví a guardar el móvil y la colilla del cigarrillo [que ya se había consumido] y, ya sin duda alguna sobre ‘lo nuestro’, dejé caer mi brazo derecho en decúbito supino sobre la pila de piedra con los temblorosos dedos extendidos, decidida a proceder como es debido. Esta vez eligió el extremo de mi dedo anular en otro dilatado instante mutuamente estremecido, mostrándose espléndida ante mi gozosa contemplación y, confiada, se dejó llevar en el sensitivo ascenso de mi mano. Finalmente, cuando consideramos que cada una debía volver ya a su lugar, después de decir lo que teníamos que decirnos, nos despedimos. Antes de perderse entre la arboleda, se detuvo por último en la blancura del laurel florido y, allí mismo, nos citamos para mañana a la misma hora.

No sé muy bien si interpretaría correctamente lo que querría decirme con lo que me dijo [nunca se entienden del todo los lenguajes enigmáticos] y tampoco sé si vendrá mañana... puede que prefiera conocer otro jardín [son tan viajeros y veleidosos los lepidópteros…] pero estoy segura de que ni ella ni yo olvidaremos este encuentro, ni aunque fuese cierto que las mariposas sólo duran un día…




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fotos: lisi. tel. móvil.11-04-2011